martes, 25 de junio de 2013

TENDAL DE DIGNIDADE

  Acabo de escuchar una entrevista con Tortell Poltrona, el presidente de "Payasos sin Fronteras", recién llegado de un viaje a Etiopía, un país enfermo, en estado crítico, hundido en la desesperanza, pobre y triste. Afirmaba que lo que tenemos en España no es una crisis: es una ESTAFA.   
     Si quieres rebajar a alguien no lo llames payaso, llámalo político.
 
                                                                     (play, plis)
 
                    


   La ciudad de Ferrol ha estado desde siempre ligada al mar por tradición marinera y pescadora pero también como fortaleza militar.  
   En el Ferrol de 1730, bajo el reinado de Felipe V de Borbón, se impulsó la construcción de un gran arsenal y astillero que convirtió a la ciudad en la capital  militar del noroeste de España. Estos astilleros, que fueron los más modernos de Europa, estuvieron destinados a construir y reparar los buques de la Armada Española, actividad que ha sido durante siglos el motor de Ferrol y su comarca.
   El proyecto definitivo del arsenal, que se aprobó en 1751, tenía una dársena capaz de abrigar a 70 navíos, e incluía los planos para la construcción de una nueva ciudad debido al aumento de la población, que creció de 455 habitantes en 1746 a  4.100 en  1797.
   El 25 de agosto de 1800 en las costas ferrolanas tuvo lugar la Batalla de Brión, un ataque sorpresivo de la flota inglesa con más de cien barcos y 15.000 hombres, que intentó acabar por tierra y mar con el expansionismo napoleónico y asestar un golpe mortal a la flota española que mayormente se encontraba en nuestra ría.
   Los campesinos y lugareños de toda la comarca armados con herramientas de labranza se iban uniendo a las fuerzas defensoras cortando el paso a los ingleses. Después de varios días y de varios ataques, los supervivientes ponían rumbo a las costas británicas. Es conocido que, en París, Napoleón lo celebró con un brindis: "¡Por los valientes ferrolanos!".
   En la segunda mitad del siglo XIX Ferrol siguió apareciendo como una ciudad próspera, siendo a menudo la primera en avances científicos, técnicos y culturales de Galicia.
   Al término de la Guerra Civil Española, el Estado se hizo cargo de los arsenales militares y en 1947 se constituyó la Empresa Nacional Bazán, que ostentaba los astilleros públicos militares. Pero en el año 2000, se fusionan a nivel nacional en una sociedad única y nace la gran empresa Izar.
   En diciembre de 2004 la segregación de la rama militar, lleva a que en marzo de 2005 se cree la sociedad pública Navantia, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas  dedicada al apoyo, reparación, diseño y construcción naval militar y con actividad complementaria de buques civiles de alta tecnología.
   Pero la realidad es que desde los años 80 el sector naval gallego ha entrado en un bucle imparable de reconversión, un círculo vicioso que acarrea una sangría de despidos y que ha hecho que esta comarca sea la de la tasa de paro más alta de toda Galicia (32%).
   Ninguno de los gobiernos que se han sucedido desde entonces cumple con sus compromisos y obligaciones. El contexto es dramático  y los trabajadores, desesperados y hartos de ser títeres en manos los políticos de turno, salen a la calle a reivindicar sus derechos, pedir responsabilidades y la implicación de los responsables políticos en la búsqueda de nuevos contratos, hay 17.000 puestos de trabajo en juego. Se les responde con represión policial, desprecio y mentiras.
   Y el futuro se presenta complicado. El problema de Navantia es que su cartera de pedidos está a punto de agotarse y no se vislumbran nuevos contratos.
   Los trabajadores, también algunos políticos y empresarios de la zona, creen que buena parte de sus males se solucionarían con la construcción de un dique flotante. El coste de la infraestructura rondaría los 45 millones de euros y están convencidos de que la propia actividad amortizaría su construcción, que duraría dos años y que permitiría a los astilleros de Ferrol la reparación de grandes gaseros y porta-contenedores a los que en estos momentos no pueden acceder. 
   Pero la falta de pedidos y la construcción el dique flotante no son los únicos problemas a los que se enfrentan. Navantia Fene tiene restringido su uso al ámbito de la construcción militar hasta 2015, por los acuerdos adoptados con la UE en 2004. 
   Hace unos días, a principios de junio de este 2013, centenares de personas de Ferrol y su comarca, han dejado colgadas prendas de ropa en las vallas que rodean Navantia, en el marco de un acto reivindicativo en defensa del sector naval de Ferrolterra, organizado por el colectivo de artistas gallegos agrupados en 'Radio Buguina'.
   Una acción artística popular denominada "carga de dignidade".
   Las prendas de ropa, desde batas de limpieza, hasta camisetas y ropas de bebé, fueron colgadas en el mismo lugar en el que los trabajadores del naval ya colocaron hace meses buzos de trabajo como símbolo de los empleos perdidos por falta de carga de trabajo. Desde mitad del 2011, según las cifras del Comité, se han destruido 2.315 puestos directos en empresas auxiliares.
   Con esta "obra de arte efímera" tratan de mostrar un contexto en el que "la crisis es la excusa perfecta, la gran burla negra contra toda la ciudadanía, y en Ferrol hace mucho tiempo que se sabe, que se sufre, que se engulle la negra sombra" convencidos de que si muere Navantia, muere Ferrol.
   Han manifestado su descontento con un tendal, un tendal cargado con la ropa de gente cargada de dignidad.

 

1 comentario:

Carmen de Nieves dijo...

Impresionante este tendal de dignidade.
Luisa, vexo que estes días foron moi productivos; non paras. Noraboa!!!

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